Bueno, hasta ahora tenemos a 3 personas en un auto chocado, cerveza en mano (incluido el chofer por supuesto) dirigiendose hacia un "almuerzo".
El camino haci casa de G. es mas o menos largo. J. bromea diciendo que para llegar hay que llevar Coramina Glucosa. En un momento tomamos mal camino y terminamos en la pista que lleva hacia el Monumental de Ate. Asi que damos la vuelta, la pista esta despejada hacia que se puede ir mas o menos rapido... y de pronto CRASH! se pone todo negro adelante...el viento soplo tan fuerte, que levanto el capó que se habia desenganchado por el choque.
Nos quedamos a mitad de la pista, cerveza en mano,con el parabrizas desecho pero en su sitio, cagandonos de risa. Inmediatamente ocurrio la primera reaccion del borracho: ¡Suave, suave, esconde las chelas!
Amarramos el capó con un alambre, y dijimos: ¿Que hacemos ahora? Pues nada, el deber nos llama, y, con el parabrisas hasta el culo, seguimos adelante, mientras pedacitos de vidrio caian de rato en rato...
Asi, llegamos a casa de G. a las 2 de la tarde, en un auto totalmente deplorable.
Almorzamos y las 3:30 estabamos saliendo rumbo a casa de Trippin' quien era el encargado de conseguir el postre... (si se estaban preguntando, no fuimos en el carro destartalado sino en el de G.)
Esperamos en un parque mientras G. y Trippin iban donde sus contactos a buscar el asunto. Luego de 40 minutos de espera, que fueron aprovechados por M. y J. para dormir, mientras quien narra se dedico a pensar en la inmortalidad del mosquito, llegaron, sin nada. HAbian buscado a 3 dealers por la zona y, o no estaban, o no tenian.
Ante la decepcion, nos despedimos de Trippin, quien aprovecho la sombra del auto para meterse un par de ñacs (no le dicen Trippin por su dedicada aficion a las matematicas ¿no?).
Pero(y de eso no hay la menor duda), donde hay un fumón, tiene que haber un dealer...y G. se acordó de otro amigo suyo, L., que segun lo que ella cuenta, cuando estaba en 3ro. de media no llegaba al colegio en movilida o micro, sino volando. Fue cosa de unas cuantas llamadas y ya teniamos un dealer que nos ofrecia suficientes porciones por 10 dolares.
Al clasico estilo Holywoodense, lo esperamos fuera de una tienda, entro al carro, le dimos la plata, nos dio el asunto, dimos una vuelta y lo dejamos unas cuadras mas allá.(no se porque tanta vaina, podria haber sido en plena calle,si aca no pasa nada...).
Y con la hierba en la guantera, nos dirigimos de regreso al punto planeado, donde se realizaria el acto, y donde empieza la verdadera aventura...
(continuará)
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