El mundo tiene un orden natural en el cual los animales y plantas conviven en perfecta armonía. Cada animal, guíado por el instinto, es un engranaje de la Madre Naturaleza.
Pero hay una pieza extraña, una que no va como debería. Es el hombre. Este esta en "desarmonía con la naturaleza" como dicen los malditos hippies abraza-arboles. Consume los recursos de la naturaleza para saciar su infinito deseo.
Ese orden natural se presenta también en las células. Normalmente las celulas tienen un periodo de vida en el cual se multiplican, cumplen su función y se destruyen. ¿Saben que célula rompe ese orden natural? La celula cancerosa, que se multiplica vorazmente reemplazando celulas buenas por malas, y destruyendo el cuerpo.
Entonces el hombre no es más que una falla en la naturaleza, como el cáncer. Pero si uno lo piensa bien, el hombre no lleva nada de tiempo en el planeta,y posiblemente no dure mucho. Lo que haga la humanidad sería menos que un parpadeo, y posiblemente lo que destruya, terminará regenerándose. Así de patética es la realidad del hombre.
No lo permitamos. No dejemos que el hombre sea algo que pase al olvido. Destruyamos el planeta pero bien destruido. Dejemos nuestra marca en este planeta para que aun millones de años despues pueda decirse: "Este planeta fue habitado por extrañas criaturas cuya voracidad y capacidad destructiva fue tan grande que aun puede verse los efectos en este desecho de planeta".
Y si viene un hippie a decirles "Salven el planeta"...patéenlo en las bolas.
1 comentario:
Cómo cualquier otra alimaña el hombre se adaptó a su medio... nomás que se acostumbró a ser más oportunista que las otras especies, y si no entendía algo o le daba problemas... simplemente lo desaparecía y ya no había de qué preocuparse. Y el que surgiera una criatura como nosotros era cuestión de tiempo, tarde o temprano aparecería algo así. Adoro a mi especie. ¡Bua ja ja ja!
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