Acabo de regresar de una caminata a Cieneguilla y más allá, 14 kilometros al fondo, por la quebrada de Tinajas. Normalmente soy demasiado flojo para esas cosas, pero caminar así, sin parar, en medio de la nada se siente bien. El silencio del ambiente combina con el estado silencioso de mi mente [Limitación de La Inquisición].
Bueno, el dolor de cuerpo actual no se siente tan mal. Al menos distrae y pospone cosas que tendré que pensar y decisiones que tomar a futuro. Pero Dorothy tiene razón...No hay lugar como el hogar...
2 comentarios:
Lo que hago yo en las caminatas es tratar de convencerme que, en otras circunstancias, yo sería parte de todo ello.
No me gustan los consejos pero me animo a recomendarte que para la próxima lleves música instrumental, cualquiera, desde Yanni, Enya o Zaffir hasta Satriani.
Yo llevo el último y la verdad que es como andar en otros mundos.
Un resbalon en una piedra y casi me convierto en parte del escenario.
Llevaba como 20 kilos, me basta con la musica en la cabeza.
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